Caminando por una de las calles centrales de Cajamarca vi, al pie de una puerta, una reliquia del siglo pasado que pensé que ya había desaparecido: una cadena fotocopiada. ¡Vaya, en Cajamarca todavía se transmiten cadenas a la antigua!
Hace muchos años, cuando era niño, encontraba regularmente el mismo mensaje en una hoja de papel dejada en el portón de la quinta en la que vivía: «Carta a la santísima virgen de Guadalupe». Si alguna vez recibiste una de ellas sabrás que allí se dice que el presidente de argentina perdió un hijo en un accidente por tirar el dichoso papelito a la basura, y que un tal Constantino (ahora se llama Alberto) perdió toda su familia porque su secretaria olvido repartirlas.
La primera vez que leí esto me quedé asustado (era niño) ¿la virgen de Guadalupe me castigaría por no repartir copias?. En ese entonces no sabía qué cosa era una fotocopia, y hacer copias a mano me pareció mucho trabajo… y no me creí que la virgen fuera tan «mala» de mandarme una maldición por no hacer lo que indicaba el papel. Por las dudas guardé ese y los siguientes papelitos que encontré… no vaya a ser que después de todo se enoje la virgen si tirara su cadena a la basura.
Me olvidé de esos papelitos y se perdieron. Recientemente me acordé «¿donde quedaron esos papelitos? sería interesante hablar sobre eso en el blog… cómo no me dejan otra cadena en mi casa«. Esta vez que lo vi en la calle no lo dudé, lo tomé y volví a leer: si era el mismo, aunque tiene una actualización al final: «al margen de lo que se dice arriba, no lo hagas por temor a perder algo o por recibir algo a cambio, hazlo por tu fe y con mucho amor«.
La Fe y el Amor siempre nos conducirán en actos dignos de alabar … pero a veces también en tonterías, como las cadenas.
¿Realmente crees que Dios te despachará la familia si no reenvías el mensaje?
¿Que tan supersticioso(a) eres?.
La excusa frecuente que escucho es: no creo en esta cadena, pero por si acaso…
¿Qué haces tú con las cadenas que recibes en el correo?.
Mi tratamiento favorito, en Thunderbird, son las teclas «shift + supr», por la web, simplemente «eliminar». Hasta ahora Dios no me ha castigado… hasta ahora.
Fuente. Extraído de BibliotecaEsceptica.
