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Santa Clara de Asís

de Eugenio Andrés Lira Rugarcía .
Obispo Auxiliar de Puebla y Secretario General de la CEM.

¡Buenos días! Hoy celebramos a santa Clara de Asís, quien habiendo nacido rodeada de lujos, descubrió que la vida era algo más que disfrutar.

Así, a los 18 años de edad, luego de escuchar una prédica de san Francisco, decidió salir de su casa la noche del domingo de Ramos del año 1212 para comenzar una nueva vida, plena y eterna.

Tras recibir de manos de san Francisco un sayal, se comprometió a seguir a Jesús, pobre, casto y obediente, para “vivir según la perfección del santo Evangelio” (san Francisco, Forma vivendi, en Reg. S. Ch. VI, 3: FF 2.788).

Su testimonio era tal, que muchas jóvenes decidieron unírsele, naciendo así una comunidad religiosa que se ha extendido por todo el mundo.

Ella escribió: “Feliz… aquella a la que se concede… adherirse a aquel… cuya benignidad sacia… cuyo perfume devuelve los muertos a la vida y cuya visión gloriosa hará bienaventurados a todos los ciudadanos de la Jerusalén celestial” (Carta IV: FF, 2901-2903).

Llenas del amor divino, santa Clara y sus religiosas oraban y trabajaban por todas las personas.

Cuando en 1234 los ejércitos de Federico II asolaban el valle de Spoleto, Clara salió al encuentro de los soldados llevando sólo la sagrada Eucaristía. Éstos, temerosos de incurrir en profanación, pasaron de largo sin dañar Asís.

Ojalá el testimonio de santa Clara inspire a muchos, especialmente jóvenes, a tener la audacia de salir del montón; a mirar más allá de lo que se nos impone como único estilo de vida, y a buscar cosas grandes, que hagan su vida plena y eterna.

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